Wednesday, August 06, 2008

Después de conocer a los nómadas, escribíamos...

En una fecha difícil de predecir, un poco más tarde que los anteriores posts, escribíamos:

Comprimo estas lineas en un hotmail a falta de correo tangible. Escribiría esto en un papel sin geometría y se lo daría al de la vespa amarilla para que lo dejara en un portal, pero estoy en un país donde nunca se implanto un sistema de vespas amarillas. Hace poco que tuve dificultades tratando de explicar a mi profesora de ára-be para que sirve correos y lo bien que yo me lo pasaba recogiendo amistad del buzón y mandando papeles llenos de sensaciones. Ellos, durante la guerra, solo enviaban paquetes cuando conocían a alguien que iba a acometer la peligrosa tarea de viajar y podían contactar al receptor.

Me he ido a la zona de Hermel en el norte, no mucho norte, central del Li-bano. No era lo previsto, pero me he quedado una semana viviendo en una jaima con una familia nómada, que he compactado para que quepa en este email en forma de fotografía. Allí me he dedicado a pasear con Amassi, a quien también he encapsulado. Resulta que hasta hace unos anos, Hizbollah financiaba la construcción de hospitales en Baal-back con los beneficios de tremendas extensiones de hachís. Hoy esos campos ya no están cuidados, pero el viento y el agua hacen su labor, haciendo crecer la preciosa planta detrás de cada piedra. Amassi me ha llevado por riscos, cuerdas y valles a ver el verde de la zona. A la vuelta había siempre aceitunas y labneh de cabra en un escrupulosamente limpio cuenco.

Trabajan las cabras y tienen algunos burros, pero Nana tiene que de vez en cuando salir a trabajar en un supermercado de hermel. El hecho de vivir en una zona militarizada con controles abundantes en las carreteras no les hace la vida fácil, sobre todo cuando tienen que pasar en tractor con el tanque de agua.

Ademas me ha gustado pensar un rato en el vacío. Una semana con solo silencio y pies que se mueven solos sin mente. Sin quererlo también me invadía el pensamiento sobre si quedarme en li-bano mas o irme ya, pero se diluía rápidamente en las nubes de formación rápida o en los rayos tímidos del Aqmar, la luna llena. La mayor parte del tiempo el yo emprendedor ha sido ridiculizado y empequeñecido por el yo espectador del mundo que sale cuando le dejan.

No he fumado marihuana porque no sabia como hacerlo, y nadie de los nómadas con los que he convivido sabia que hacer con ese polvo verde. Mis duchas han sido un tanto limitadas. Llego con ganas de emborracharme de nuevas ideas, de ser poseído por nuevas actividades. Cuando exploro mi niñez, siempre me doy cuenta de la cantidad de cosas que me quedan por hacer. En el camino me he comprado un farroush, pollo asado, en mi amigo Lala y me lo estoy comiendo ahora un poco frío. Me esta sabiendo a gloria.

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