Wednesday, August 06, 2008

Volviendo a los inicios

Haciendo wrap-up de nuestra aventura, que ya dura siete años, recuperamos lo que escribimos hace siete años menos dos semanas (por cierto, que el camaleón nunca salió):

Ahora es domingo por la tarde y acabo de volver de una excursión por los cedros en los montes Cho-uf. Estos árboles son una especie de pinos pero crecen horizontalmente, en forma de tejado. Cuando uno se mete debajo, es una especie de monasterio, fresquito, silencioso y oscuro. Lo más interesante del día ha sido ver un camaleón. Al principio le he observado en la distancia, pero al cabo del rato estaba trepando por mi chepa. Nunca había pensado lo difícil que puede llegar a ser fotografiar un camaleón. Me da la impresión de que haga lo que haga nunca va a salir en la foto. Si lo pongo encima de una piedra de estas volcánicas livianas con agujeros, se vuelve del mismo color, si lo dejo en el suelo, parece una rama mas. Cuando revele el carrete, habrá que ver si he conseguido algo.

Hoy he conocido el valle del Be-kaa. Es un valle frondoso donde se cultiva desde maíz hasta hachís. Empieza en Babilonia y llega hasta Kenya, completamente plano. Se podría recorrer en bici completo, atravesando frutales y ciudades si no fuera por el mar que hay que cruzar en el camino.

Aunque no te lo creas es un poco difícil escribir en un teclado ára-be. Gracias a las clases de taquigrafía, porque si no nunca encontraría las teclas. Lo peor es que el cursor va al revés, el delete borra siempre la letra que yo no quiero, un lio.

Después de dos semanas, empiezo ya a sentir una especie de rutina. Me levanto por la mañana a las 6. El despertador siempre suena antes de que me despierte. Salgo a la terraza a comprobar que el mar sigue ahí. Me ducho, y a las 7 y media empiezo a trabajar, después de un paseo en Service (taxi compartido) y un par de palabras en ára-be aprendidas. Sobre las 10 nos vamos a tomar algo a la cafetería. La salida depende de lo cansado que estoy, algún día he salido a las 3 y algún día me he quedado hasta las 7. Si es suficientemente pronto me voy al military beach a hacer unos largos en la piscina, que son larguísimos cada uno. Luego me voy a la terraza y me tomo un zumo de naranja y zanahoria que hacen alli, mientras veo la puesta de sol y leo algo. Y luego de juerga, suelo quedar con mis compañeros, con alguien del Instituto Cervantes, o con alguna sorpresa que aparece de vez en cuando. (como un guía de montana que tiene una cabaña a dos mil metros en el valle de Qa'disha, y con quien voy a hacer algo la semana que viene)

Si hay suerte me voy a dormir sobre las 11, y si hay menos suerte a las 12 o la una. Si es que lo resisto, claro, porque a veces duermo demasiado poco.

Ahora me voy a comer un Fish Kebbeh, una especie de pescado con salsa de ayran.

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