Libros de la infancia
El tio Eduardo ha enumerado en su blog varios de los libros que le fascinaron en su infancia.
He visto a papa conmocionado. El leyo bastante desde pequeno, pero nunca leyo la portada, ni el titulo ni el autor. Asi, le rondan historias por la cabeza de las que daria un brazo por conocer su nombre y autor.
Y aqui viene la anecdota. Un dia paseaba con su amigo Roberto por Moyano. Como otras veces, cogio un librito de coleccion de bolsillo con hojas amarillentas y reconocio una frase. Era aquella historia que le habia emocionado un verano de sus nueve o diez anos. Miro la portada y se trataba de Stevenson y El demonio en la botella. Aquella tarde no levanto la mirada del libro hasta que lo leyo entero. Deboro el libro, porque ademas no recordaba el final. Fue fantastico.
Hoy sigue haciendo lo mismo con el cine. Recuerda los menores detalles de algunas escenas, pero no le preguntes el titulo, mucho menos el director y ni hablar de los actores. Los libros son distintos; necesita varias recomendaciones y biografia completa del autor para embarcarse en su lectura (la cantidad de buenos ratos que se esta perdiendo).
El brother y yo hemos encontrado en la biblioteca y hemos encontrado un libro con unos dibujos curiosos. El libro se llama La Fabrica de Chocolate de Roald Dahl. Pacientemente el papa nos lo ha leido parrafo a parrafo durante muchas noches seguidas. Desde entonces, vemos a Willy Wonka y un billete dorado cada vez que nos comemos una chocolatina (y aunque no haya chocolatinas).
Que cosa tan tierna es la curiosidad de los ninos. Asi la pinto Rubens.
Labels: fabrica de chocolate, juventud, leer, literatura, roald dahl
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